Tras la renuncia de Jaén y Sevilla, el Reino Nazarí obtiene una pequeña tregua que utilizará para seguir haciendo crecer La Alhambra de Granada. La ansiada fortaleza de Muhammad I continua su ampliación dando forma a la Alcazaba. Una ciudadela en el interior del complejo que albergaba a las tropas del sultán. Estaba formada por una vía principal, casa privadas y disponía de hornos, bodegas y panadería. Todo lo necesario para mantener a sus tropas listas para la defensa de la ubicación de su reino. Una vez concluida esta fase constructiva de la Alhambra de Granada podemos imaginar al sultán paseando por sus callejuelas llenas de vida y con gran bullicio pensando que su fortaleza estaba a salvo.
Tras asegurar con tropas y todo lo necesario para abastecerlas el sultán continuo con su idea de levantar distintas construcciones de palacetes y casa donde se hospedarían, no solo familiares del sultán, sino vasallos, sirvientes y guardas. Se estima que la población situada dentro de la Alhambra rondaba los 5000 habitantes, por lo que podemos decir que quería crear una pequeña ciudad en su interior.
Conjuntamente se planifico la creación, para el uso y disfrute de la población que allí se albergaba de una gran red de frondosos jardines, patios y fuentes. Muhammad I consiguió recrear un auténtico oasis dentro de una fortaleza, lo que hacía más amena la vida y convivencia de los que allí se habitaban. Pero no es esta función la más importante. Los jardines permitían la producción de alimentos necesarios para el sustento de la población. Como concepto era extraordinario, pero había un fallo que los ingenieros tuvieron que solventar. La única fuente de agua era el Río Darro, que atraviesa toda la ciudad de Granada y corre paralelo al actual Paseo de los Tristes. El Río Darro discurre por las faldas de la Sabica y la Alhambra se sitúa unos 100 metros más arriba. Entonces, ¿Cómo hicieron llegar el agua al gran complejo?
Muhammad I, bajo el consejo de sus ingenieros crearon una presa en el Río Darro. A unos 6 km, cauce arriba, comenzaron a acumular agua e hicieron canalizaciones y embalses que permitían un flujo constante de agua hasta La Alhambra, de tal forma que esta llegaría al complejo por medio de la propia gravedad. Este sistema, junto con una extensa red de canalizaciones en el interior de la fortaleza harían posible el sueño del primer Rey de la Dinastía Nazarí. Poder crear la Alhambra de Granada, un auténtico oasis autosuficiente rodeando de Palacios y todo ello dentro de una fortaleza situada a 100 metros sobre el nivel de la ciudad de Granada.
Sin embargo, Muhammad I no pudo verlo acabado. Tras su muerte en 1273 dejó como legado el gran proyecto de su vida, pero inacabado. En los 120 años siguientes, sus sucesores finalizaron la gran muralla que rodeaba La Alhambra y sus jardines, cada uno de los sucesivos sultanes siguió construyendo y ampliando el entorno, dando lugar a los magníficos Palacios Nazaríes que podemos disfrutar en la actualidad, todo ello dentro del maravilloso complejo arquitectónico que es La Alhambra.