¡Viva Andalucía y viva el Carnaval!
Y como cada mes del año, febrero viene cargado de alegría y emoción con dos grandes acontecimientos: el 28 de febrero, Día de nuestra querida patria Andalucía y la celebración de los Carnavales.
Andalucía, tierra de luchadores y trabajadores, celebra su día cada 28 de febrero con actos conmemorativos acompañados de su tan melódico himno. Ondeando su bandera verde, blanca y verde, la tierra Andaluza se levanta demostrando lo grande que es la región.
Sin embargo, febrero también es un mes marcado por los carnavales se celebran de una manera diferente, pero en Andalucía hacemos de ellos, una tradición de música, canciones y disfraces. Si pudiéramos nombrar a una provincia andaluza “reina del carnaval”, sería sin duda, Cádiz. Disfraces, máscaras, pasacalles, chirigotas, comparsas… Todo cuánto puedes imaginarte ocurre en esa ciudad. Las personas dejan de ser personas de la vida cotidiana, para convertirse en personajes burlescos y cómicos. No solo ocurre en la provincia gaditana, sino que es una festividad muy celebrada también en Almería.
Los lemas de esta fiesta se ven reflejados en las letras de sus canciones. Las chirigotas destacan por ser un gran acto de denuncia frente a problemas actuales de la sociedad o por ser un acto de recuerdo, engrandeciendo personas fallecidas o acontecimientos difíciles de nuestra tierra. Siéntete orgulloso de ser andaluz o de pisar tierras andaluzas. Disfruta, ríe y emociónate con el febrero andaluz.
Siéntete orgulloso de ser andaluz o de pisar tierras andaluzas.
Disfruta, ríe y emociónate con el febrero andaluz.
Medina Azahara-Patrimonio Mundial de la Unesco 2018
Madinat al-Zahra, castellanizada con el nombre de Medina Azahara, fue la estrella dorada de la ciudad más poderosa del mundo en los umbrales del nuevo milenio. La ciudad palacio que mandó edificar Abd al-Rahman III a las afueras de Córdoba, fue declarada Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO en julio de 2018, al ser un sorprendente ejemplo de la avanzada arquitectura urbana de la cultura Omeya.
EL NACIMIENTO DE AL-ÁNDALUS
A la muerte del rey visigodo Witiza en el año 710, la sucesión al trono no fue pacífica. Tradicionalmente la legitimidad en la monarquía visigoda no venía por herencia sino por elección, y así fue como Don Rodrigo tomó el poder con el apoyo de una parte de la aristocracia que conformaba la élite seglar y eclesiástica del reino, la cual intervenía en la elección del rey. La élite nobiliaria en contaste división y falta de apoyos, produjo conflictos internos que coinciden en el momento en el que los árabes habían comenzado a atacar poblaciones al sur de la península Ibérica, lo que hizo más fácil la conquista del reino visigodo hasta su práctica extinción.
Según la leyenda, el conde Don Julián, gobernador visigodo de Ceuta y Tánger llevó a su hija, conocida como Florinda la Cava, al palacio real de Toledo como dama de compañía de la reina y allí fue ultrajada por el rey Don Rodrigo. Deseoso de venganza, Don Julián facilitó el paso del Estrecho de Gibraltar, prestando sus barcos a los árabes quienes derrotaron a Don Rodrigo en la batalla de Guadalete con Táriq ibn Ziyad a la cabeza. La leyenda también cuenta que Don Julián construyó un castillo en el municipio granadino de Láchar para ocultar a su hija de las garras del rey visigodo.
Sea como fuere, la permanencia del Estado musulmán implantado por los árabes en la Península llamado Al-Ándalus perduró casi ocho siglos hasta la unificación de España por los Reyes Católicos en el siglo XV una nación con súbditos de diferentes religiones que había que dejar en una única. No hay que pensar en un territorio ocupado durante siglos por extranjeros sino en una población muladí, de musulmanes de origen hispanogodo, gobernados por una clase dirigente principalmente árabe, pero también mestiza con la población cristiana. Eran “españoles” de pleno derecho tras ocho siglos de historia, como también lo eran otros “españoles” que profesaban la religión judía. A todos ellos se les denominaba andalusíes.
La historia de Al-Ándalus fue uno de los períodos más ricos de la historia de España, enriquecida por el mestizaje, donde brillaron las artes y las ciencias que irradiaron a Europa y posibilitaron la iniciación del fenómeno conocido como Renacimiento. Esto nos enseña que un pueblo es la suma de todos los pueblos que a lo largo de su existencia mezclan su sangre y sus ideas.
Post por: Miguel Castillo
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El origen de Andalucía
Las provincias que componen Andalucía no han sido siempre las que conocemos actualmente. La división territorial por provincias del territorio español es relativamente reciente, data de 1833 y se la debemos a un andaluz, al granadino Javier de Burgos, quien lo estableció basándose en la herencia histórica y cultural de cada territorio.
El origen de Andalucía se pierde en la leyenda cuando Platón escribe “El Diálogo de Timeo”, que precede al “Crítias o La Atlántida”, aquella mítica y avanzada civilización localizada más allá del estrecho de Gibraltar según los griegos clásicos y que pereció por su desmesurado orgullo.
Autores como Adolf Schulten, a comienzos del siglo XX, vincularon este mito con la antigua cultura tartésica, aunque sin un fundamento arqueológico o histórico, sólo por tratarse de una civilización desaparecida que evoca a la mítica Atlántida. Por los hallazgos arqueológicos que se han identificado con la cultura tartésica, ésta debió desarrollarse en la desembocadura del Guadalquivir.
En contraposición, tenemos un conocimiento mayor sobre el peso cultural que la Roma Clásica dejó durante más de seiscientos años, integrando el territorio andaluz a su imperio con el nombre de la Bética y capital en la actual ciudad de Córdoba.
Sin embargo, al-Ándalus fue como se conoció al territorio peninsular tras la conquista musulmana en el siglo VIII d.C., estableciendo nuevamente en Córdoba su capital. De hecho, una tesis etimológica basada en crónicas andalusíes y defendida por Juan Fernandez Amador de los Ríos, vincula este nombre con el griego “Atlantis” o el latín “Atlanticum”, siendo la locución árabe “Jazirat al-Andalus”, que aludía a la península Ibérica y que vendría a traducirse por la península del Atlántico, volviendo a apelar al mito de la Atlántida, una leyenda que fue transmitida al mundo árabe inclusive antes del nacimiento de la religión islámica.
La descomposición de al-Ándalus como un espejo roto hasta la conquista del valle del Guadalquivir por Alfonso III y la capitulación de Granada por los Reyes Católicos dejó el territorio andaluz dividido en cuatro reinos hasta mediados del siglo XIX, cuando se diferenció en ocho provincias, resultado de la impronta que dejaron todos estos pueblos prerromanos, grecolatinos, hispanomusulmanes o castellanos, siendo un proceso que ha fusionado a diferentes pueblos y culturas y que queda patente en la idiosincrasia andaluza.
Post por: Miguel Castillo
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Exposición “Madinat Garnata: ciudad y vida”
Cuando José me propuso colaborar en este blog tras conocer la labor que llevo desarrollando desde hace más de 4 años en el legadonazari agradecí su reconocimiento y acepté de inmediato porque no sólo me gusta leer e investigar sobre Historia, sino compartir lo que he aprendido con otras personas a través de la plataforma bloguera.
Creo apropiado inaugurar el blog con un post sobre la exposición “Madinat Garnata: ciudad y vida” organizada por la Fundación El legado andalusí y el Patronato de la Alhambra y el Generalife y que se puede visitar en el Corral del Carbón de Granada hasta el mes de Septiembre de 2018.
¿Qué mejor manera de adentrarnos en la etapa andalusí de la ciudad milenaria de Granada que a través de esta exposición?
Aunque el emplazamiento se encontraba habitado desde la Antigüedad, no fue hasta el año 1013 cuando se fundó Madinat Garnata por la dinastía Zirí en la colina derecha del río Darro, abandonando la cercana Madinat Elvira que se encontraba situada en una zona más llana y difícil de defender, una zona arqueológica enclavada entre los actuales municipios de Atarfe y Pinos Puente. La nueva capital creció rápidamente, siendo el nuevo centro de poder de la Taifa Zirí hasta convertirse en una de las principales ciudades de Al-Ándalus.
Al-Saqundi, literato andalusí de época almohade (siglos XII-XIII), describió la ciudad como “la Damasco de Al-Ándalus”, contando con una alcazaba inexpugnable, de altos muros y edificios espléndidos, atravesada por el río Darro que repartía su agua por casas, baños, zocos, molinos, huertos y jardines.
A través de videos, maquetas, piezas históricas y arqueológicas, documentos etc. podemos conocer el rico patrimonio de la ciudad y su entorno, elementos representativos que aún se conservan como la almunia conocida como Alcázar del Genil, las técnicas de aprovechamiento hidráulico, la ciencia y el saber andalusí que albergaba la Madraza Yusufiyya, la arquitectura doméstica y la vida cotidiana de sus habitantes o la propia alhóndiga del Corral del Carbón donde se expone y es parte del corazón de la ciudad medieval.
Te invitamos a recorrer las calles de la actual Granada y realizar una busqueda de las huellas de su pasado.
Post por: Miguel Castillo
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